Franco Bellocq, actual jugador del Asteras Trípolis de Grecia y ex alumno de la Fundación, dialogó largo y tendido sobre su paso educacional en la institución, la violencia en el fútbol y dejó un mensaje para quienes comienzan en el camino del profesionalismo.
“En una de las tantas reuniones y visitas que mi representante, Jorge Cyterszpiler, nos traía a la pensión en 2008, me crucé con la Fundación. Ahí hice mi primer contacto, que hasta el día de hoysigue más que vigente”, comenzó Franco. El jugador, por entonces en las divisiones juveniles de Independiente, el club donde también daría sus primeros pasos como profesional, en ese momento tomaba el curso de inglés dentro de Fundación. “Fue una herramienta que me dio la posibilidad de desarrollar mi carrera en el exterior”, remarcó, al recordar el año en el que recibió su certificado.
Ahora, con 24 años, desarrolla su carrera en Grecia y su opinión sobre la educación, por ejemplo, se nutre de experiencia propia. “Ser futbolista es un estilo de vida y una carrera muy difícil. Eso está fuera de discusión. Pero lamentablemente es muy escasa la insistencia sobre la educación de parte de los clubes”, postuló, constructivamente. Y agregó: “Que la Fundación haga tanto hincapié en la educación y lleve adelante tantos proyectos, con las facilidades para un jugador de fútbol, representa una herramienta de excelencia. Que haya una entidad que promueva y brinde estas herramientas debe ser un camino a seguir, no solamente para ser un mejor jugador de fútbol, sino para ver que la vida no comienza ni termina en una carrera deportiva. Uno tiene que estar preparado para la vida real”.
A a lo largo de la entrevista, Bellocq mostró una postura muy crítica con respecto a la formación de los jóvenes que emprenden el camino del profesionalismo, como también un profundo interés en intentar mejorar el sistema. Otro tema que nos incumbe, y en el que el cordobés, oriundo de Levalle, ahondó sin cassette, fue en el ambiente en que un futbolista se desenvuelve desde su juventud. “Lamentablemente el fútbol es un ambiente violento, por culpa del fanatismo extremadamente alto y exitista. Hoy se pierde un partido y durante una semana, hasta que puedas revertirlo, sos el peor”, dijo Franco. “Hay que entender que un jugador de fútbol no representa la realidad política, social y cultural de un país. Un joven de entre 20 y 30 años, que hace deporte, no es más importante que un maestro, un bombero o un doctor. Entonces, las exigencias hacia nosotros deberían manifestarse desde otro modo. Un Mundial no es más importante que la realidad de un país. El cambio es de todos”, apuntó. Por último, contó una anécdota que conlleva un mensaje:
“Cuando tuve la posibilidad de ir a inferiores a Independiente, me pusieron sólo una condición: debía estudiar. El día que no lo hiciera,mi viejo me dijo que me armaba el bolso y me llevaba de nuevo con él. De grande me di cuenta que esa insistencia me ayudó como deportista y como persona”.
Aquí, dejamos el audio completo para que puedan reproducirlo: